Bichos de pesadilla: arañas rojas y orugas


No los llamo bichos de pesadilla porque sí. No han sido pocas las veces que me he despertado soñando con orugas o arañas rojas invadiendo mis plantas, sonrientes mientras se lo comen todo. Pocas plagas causan tanta destrucción y preocupan tanto a los cultivadores y como las orugas y las arañas.

Arañas rojas y orugas son las dos peores plagas que pueden aparecer en un cultivo de cannabis en plena floración. Son capaces de destruir la cosecha. Las arañas quitándole tanta vitalidad a las plantas que no puedan engordar los cogollos. Las orugas comiéndoselos directamente y favoreciendo la aparición del hongo botritis a causa de los restos que dejan a su paso por el interior del cogollo.

Arañas rojas
Las arañas rojas (Tetranychus urticae) no son verdaderas arañas, sino pequeños ácaros, de menos de un milímetro de tamaño. Chupan la savia de las plantas y les quitan la energía y la vitalidad como diminutos vampiros.

Se suelen colocar en el envés de las hojas (la cara inferior) lo que, junto a su pequeño tamaño, dificulta su observación en las primeras fases de la infestación. Luego, sus mordeduras van dejando pequeños puntos amarillos en las hojas que resultan mucho más fáciles de detectar. Cuando la infección avanza empiezan a verse telas de araña alrededor de las hojas y los cogollos. En los peores casos las telas de araña recubren los cogollos completamente.

El sistema de alimentación de las arañas consiste en chupar la savia y evaporar el agua que contiene para quedarse con la glucosa y otros nutrientes. Cuanto más rápidamente son capaces de eliminar el agua, antes pueden volver a comer, por eso el clima seco y cálido les resulta tan favorable.

En un ambiente con la humedad relativa por debajo del cincuenta por ciento y una temperatura ambiental por encima de 30ºC, el desarrollo y la reproducción de las arañas se acelera mucho, ya que completan su ciclo vital pasando de huevo a adulto en apenas una semana. Cada araña es capaz de poner entre tres y cinco huevos diarios a lo largo de su vida, que dura entre 10 y 30 días.

Es una plaga muy extendida en los cultivos de interior, pero que también se da con frecuencia en exterior en verano. Teniendo en cuenta que en la mayoría de las regiones españolas se dan estas condiciones durante la mayor parte del mes de agosto y, en muchas zonas, también en septiembre, es lógico que esta plaga sea una de las extendidas.

Los daños ocasionados por las arañas pueden ser muy graves, reducen la producción y empeoran la calidad, los cogollos se quedan más pequeños y producen menos resina. En casos graves las plantas pueden llegar a morir o ser incapaces de florecer correctamente.




Cómo combatir la araña
La prevención es la mejor técnica de lucha contra las plagas, siempre resulta más fácil impedir que los bichos aparezcan o se asienten que eliminarlos una vez están presentes. Fumiga las plantas preventivamente cada semana desde que son pequeñas, alternando aceite de neem (que contiene azadiractina), aceite de canela, extracto de pelitre y jabón potásico.

El aceite vegetal, de colza o girasol, mezclado con piretrinas y agua, es también un buen remedio ecológico con plantas en crecimiento, puesto que el aceite recubre el cuerpo de las arañas y provoca su asfixia, pero no se debe usar en floración para no manchar los cogollos. En plantaciones pequeñas, hay quien ha tenido buenos resultados usando una aspiradora y mucho cuidado, para retirar una buena parte de las arañas de las hojas.

Trabaja con el clima intentando elevar la humedad ambiental mediante riegos abundantes, para mantener el suelo húmedo y aumentar la evaporación. Un efecto secundario de la evaporación del agua es un descenso de la temperatura ambiental, algo de lo que también se beneficiarán las plantas, ya que necesitarán transpirar menos para mantenerse frescas.

Las arañas rojas odian el viento, en la medida de lo posible potencia la ventilación en torno a las plantas, les complicarás la existencia. Por el contrario, si las plantas viven en un rincón caluroso, donde no corre nada de brisa, las arañas serán felices y se reproducirán a velocidad de vértigo.

El uso de macetas demasiado pequeñas y los riegos escasos e irregulares favorecen la aparición y propagación de esta plaga. Cuando la tierra se seca y la planta se empieza a mustiar, las arañas se pueden alimentar más fácilmente porque la savia se concentra. Evita siempre que las plantas pasen sed y reducirás el riesgo de que aparezcan arañas rojas.

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Extracto de articulo tomado del website digital "Soft Secrets"